sábado, 19 de febrero de 2011

Pareja musical

Sentada, escuchando, viendo, pensando, haciendo cuentas, escribiendo, leyendo, ordenando papeles. Un largo tiempo de observación e introspección. La vergüenza y los nervios le afloraban con la sensación de la mirada ajena. No le extrañó que cuando empezó a bailar con él temblaba. No podía disimular la aceleración de los latidos del corazón. Su tranquilidad, sus abrazos, sus caricias, sus miradas profundas fueron suficientes para que se enamorara. Aunque quizá para él esa manera de bailar, con ella, no era más que una forma natural de expresarse sin usar tanto las palabras como el tacto. Pero a ella la liberación de sentimientos, la no represión la enamoraban al mismo tiempo que le parecían una mentira: todo terminaba cuando terminaba la música.