viernes, 26 de febrero de 2010

Sobre viajes

Junto con el comienzo de la primavera, asoma una chicharrita que, desde la copa de su árbol, deja caer una excrecencia viscosa. El insecto clava sus patas en el tronco y con vigor penetra su aparato bucal para chupar gran cantidad de savia. La chicharrita es glotona por naturaleza. Cuando termina la ingesta, expele por el ano el excedente de savia en forma de gotas transparentes, densas e higiénicas, que mueren sobre aquellos que descansan en la sombra del árbol.

Temeroso a lo distinto, el hombre se entrega a la rutina. Pero sumergido en la costumbre descubre que se aburre. Si bien siente que es él quien elige cómo vivir, lo niega y echa culpa de su tedio al lugar, a otras personas, a un conjunto indeterminado de cosas que lo rodean. Tiene esperanzas, piensa que si cerca está el problema, entonces deberá viajar. Sin embargo, el hastío está dentro suyo, lo siente y lo evita. El viaje no es más que una escapatoria frustrada. A través del viaje, el hombre que siente un vacío busca encontrar un estado de embriaguez. Cuando cree conseguirlo, no lo puede sostener pues es efímero.

Algunos viajes se reducen a un ir-y-venir sin sentido. En ese caso, la realidad sería un futuro de sentimientos prefigurados, mediada por el hospedaje, la comida y desconocidos felices. Un pasado que termina en el olvido. El hombre estándar viaja a un paraíso vacacional, donde la gente no elige aburrirse. Lejos de su vida cotidiana, el aburrimiento queda justificado dentro de la regla del ocio.

El viajero estándar dice donde va y de donde vuelve, pega stickers en su auto, muestra fotos, regala alfajores derretidos. Compra y vende la felicidad. Como buen vendedor, evita señalar aquellas características sombrías del viaje. Este tipo de viaje imita al mundo Disney, ese mundo inocente, carente de riesgos. Al regresar, el viajero trae discursos floridos y souvenirs. Al tiempo, el chocolate del viaje se derrite. Lo que se pretende como real es apenas una fantasía.

Dice Raymond Williams en “Estructuras del sentir”: "El poder innegable de dos grandes sistemas ideológicos- el sistema estético y el sistema psicológico- es, irónicamente sistemáticamente derivado de estos sentidos, de estas acepciones de instancia y proceso, donde la experiencia, el sentimiento inmediato y luego la subjetividad y la personalidad resultan nuevamente generalizados y reunidos."

La cita de Williams nos sirve para pensar que no hay viaje sin imaginación, ni con la realidad imaginada de los que venden y compran viajes. La leve mirada que el hombre da sobre los pequeños dilemas cotidianos, queda inevitablemente inserta en los grandes problemas humanos. Creyendo lo contrario, avistamos de manera acotada y no por ello carente del valor.

El hombre pequeño imagina con intensidad su vida, sus problemas y cómo dejar de sufrir. También las ciencias imaginan y diagnostican al hombre enfermo. Le crean causas, síntomas y remedios. Pero, el hombre debería incluirse en el proceso de curación para encontrar respuesta a su crisis. Puede que las ciencias planteen estructuras y generalidades humanas; en cambio, no dan cuenta de las "pequeñas" diferencias que dan forma al sujeto.

Pero hay otro tipo de viaje. El hombre en crisis viaja internamente hacia el equilibrio con su cuerpo, de su cuerpo en un lugar. De su cuerpo en un lugar y con otros. El recorrido del viaje empieza en lo incómodo y termina cuando el hombre encuentra el camino del aprendizaje. Cuando está en crisis no huye de sí, se observa con desencanto, se cuestiona, se escucha, escucha, acepta y rechaza respuestas. Se toca donde duele. No busca un cambio sino una resignificación de lo aparentemente feo, lo rechazado. Paradójicamente, siente placer.

Lejos y cerca se puede sentir verdadero placer, si es acompañado de cambios internos paralelos. No es necesario viajar mucho ni consumir para ser feliz. Como la chicharrilla, el hombre es glotón sin necesidad. Defeca aquello que no necesita para sobrevivir, pero que su espíritu glotón reclama. Hay una necesidad natural e individual que no podrá ser entendida si no se tiene en cuenta que los sentimientos existen en una relación dialéctica con el pensamiento.

Cuando el hombre se comporta como chicharrita, sugiere la idea de que sólo la cantidad lo llevaría al placer. Ambos succionan gran cantidad de savia y ambos terminan despidiendo un excedente que nunca necesitaron. Son glotones y egoístas. En la búsqueda de placer, imaginan una necesidad que nunca podrán calmar. Imaginan una satisfacción, viajan de una necesidad a otra. El hombre que viaja sólo territorialmente pretende eliminar la lógica de su espacio y tiempo, porque siente que no le pertenece. Supone que aquello que necesita está en el encuentro con lo desconocido. Y lo que hay afuera es no más que un mundo en venta.

El hombre que toma más savia por glotón estará condenado a expulsar constantemente algo ajeno. Su cuerpo será un paraje desolado. Su cuerpo será un recipiente que habrá de llenarlo con aquello que no necesita: hospedaje, comida, desconocidos felices y discursos floridos sobre una realidad de ficción.

Dos ficciones que se enfrentan: la del hombre en búsqueda del equilibrio interno y aquella otra que, húmeda de savia, se le resbala de los dedos, pues es completamente ajena a él. La primera, es la del viajero que imagina cómo curarse. Este tipo de viajero evalúa, resignifica y acepta como parte suya sus aspectos negativos.

Es mejor, desde una mirada interna, abrirse al mundo que está afuera y no sólo al que está en venta. Perder la timidez para entrar en contacto con el otro. Ese otro que nos querrá a partir de lo que somos y no de nuestra imagen. Este es el recorrido del que viaja y renace al mismo tiempo.

11 comentarios:

  1. ¿Por qué huimos? ¿De qué estamos huyendo? ¿Estamos huyendo? ¿Podemos huir?
    El hombre en crisis debe resolverse, él es un enigma para sí mismo; y lo que mas teme, es que él mismo sea la solución a ese enigma.
    El hombre esta solo, a pesar de saber que solo no puede con nada…
    EL HOMBRE ES UN LAVARSE LAS MANOS RESPECTO DE UNA SOSPECHA QUE LO INCULPA.
    El hombre es una anécdota adicta a las contradicciones y aferrada a las respuestas.
    Pero, ¿somos el Hombre? Vos, yo, ¿nos vemos representados por esa palabra? Debemos darnos cuenta de que en nombre de esa palabra se han hecho atrocidades, supuestamente a favor, pero en realidad, solo en perjuicio de “los hombres”.
    Yo creo que huimos de nuestra condición humana. ¿Lamentable? Para nada, afortunadamente.
    Es verdad, en un viaje al norte no vamos a encontrar grandes respuestas a grandes preguntas, lo único que hemos hecho en realidad se seguir patrones de una salida establecida, y afortunadamente mentirosa. En un viaje no hacemos más que satisfacer nuestras ganas de sentirnos distintos, de VERNOS COMO auténticos, pero no de SER auténticos, no de sentirnos solos. Si existe el sujeto, un viaje de esos lo refutaría… no somos sujetos en esos viajes, porque ser sujetos no es más que SER entidades sujetas al gran sujeto (el hombre y su medio, el hombre y su mundo civilizado).
    El hombre no existe, yo no soy un hombre, vos no sos un hombre, nadie que vea en su interior la nada que lo constituye va a creer jamás ser un hombre. El Hombre brinda seguridades a las personas que buscan
    ser-parte, pero aquel que busca su reflejo en el otro, aquel que busca y no encuentra su esencia en el mundo, aquel que no logra conciliar sus contradicciones, aquel es verdadero, porque ha renunciado a ser personaje secundario de una obra teatral que mira desde el lugar mas barato del teatro.
    Es cierto, excretamos lo que no necesitamos, porque puede que no necesitemos nada…
    “Perder la timidez para entrar en contacto con el otro. Ese otro que nos querrá a partir de lo que somos y no de nuestra imagen. Este es el recorrido del que viaja y renace al mismo tiempo.” Suena muy poético, suena muy irreal.
    Continuará…

    PD: Gracias por escribir como escribis... me hace muy feliz...

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  2. Mirá juli, te doy la presentación del plan de estudios de la Licenciatura de Letras. La carrera de Grado la podes cursar en Puán: Facultad de Filosofía y Letras. Tendrías que averiguar qué materias tenés que hacer del CBC en orientación Letras. Para mas info entra en http://www.uba.ar o en http://www.filo.uba.ar.

    La carrera se articula en un grupo de materias básicas, algunas obligatorias, otras
    a elección y otras correspondientes a los ciclos orientados: las orientaciones que ofrece
    actualmente la carrera son: Letras Clásicas, Letras Modernas y Lingüística. Cada una de estas
    orientaciones agrupa sus materias por áreas. El plan de Letras tiende de este modo a
    garantizar el equilibrio entre la concepción tradicional de los estudios de lengua y literatura y la
    existencia de nuevas disciplinas que responden a los requerimientos actuales, cuidando de no
    cerrar ningún sector de trabajo o de investigación que pudiese interesar a los alumnos de
    acuerdo con su vocación.
    Si bien la carrera de Letras desemboca en dos títulos posibles, la obtención de cualquiera de
    ellos plantea diferencias sólo en el tramo final: una vez cursadas todas las materias, según la
    orientación elegida, la Licenciatura exige realizar dos seminarios con trabajo monográfico; para
    el Profesorado, deberán aprobarse dos materias pedagógicas.

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  3. Ahora vamos a otro tema. Disculpame por la extensión, pasa que me gusta tanto la reflexion filosófica, que me olvido de que las personas se cansan...

    Primera Parte:
    Todo esto que voy a decir no es una crítica destructiva a lo que vos dijiste (me encantó), es por el contrario una crítica constructiva, no obstante, sí es una crítica destructiva a todas las ideas establecidas que ejecutamos en cada paulatina gota de conciencia, y de las que jamás nos preguntamos por qué. La filosofía para mí es un arte que nos permite descarrilarnos un poco de las creencias que ejecutamos sin saber a diario, y esto que estamos haciendo es la más bella forma de hacer filosofía.

    1) Sí Juli, el tiempo humano es finito, coincido, nunca dije algo diferente; es algo que todos “sabemos”, y de lo que nadie duda (lamentablemente). Sin embargo, sólo el tiempo humano es así de estrecho, quiero decir: el Tiempo en sí mismo es algo diferente al tiempo en el que deambulan los hombres, a eso me refería cuando expuse en tu blog sobre el tiempo. Hay que tener en mente dos dimensiones distintas: en este caso, en una habita el hombre (tiempo-humano), y en otra el hombre no sabe cómo encontrarse (tiempo “en sí”). Creer ser los únicos que tienen percepción del tiempo (hablo de los hombres) no los hace los dueños de su medida; esto (creer ser los únicos que perciben el tiempo, por mas que no se haya “demostrado” lo contrario), se ha extendido sin escrúpulos a todo lo demás, y ha sido un error ingenuo durante milenios. Muestra de este error es una frase atribuida a Protágoras hace 2400 años: “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son.” Totalmente equivocado estaba Protágoras, los hombres no son medida más que de sí mismos, es decir, no son medida más que de las cosas que le respectan.
    Si el hombre es finito, ¿cómo puede medir el tiempo? Puede medir sólo su finitud, puede transcurrir sólo en su tiempo; pero por ser la finitud algo de lo que está “seguro”, no debe el hombre pronunciarse como La medida del Tiempo. Puede que existan muchos otros tiempos, y el hecho mismo de la finitud humana tiene que mostrarnos que el tiempo es evidentemente algo mas allá del que nosotros percibimos. Los hombres hablan de la muerte: ¿Saben, pues, qué es, o cómo es la muerte? Los hombres hablan del tiempo: ¿Saben cuánto dura el presente? ¿Saben si existen esos tiempos en los que se manejan? ¿Saben cuánto dura un instante?
    Esta es una crítica a la noción reduccionista y humanista del tiempo.

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  4. 2) La eternidad a la cual me referí en mi comentario es una hipótesis, es decir, no esta probado que sea verdadera o falsa, que exista (obviamente no va a existir si miramos al tiempo con los ojos del hombre); pero yo creo en esa hipótesis, y por eso es importante. Pero con ella, no quise decir que la Eternidad esté, como una vidriera, en un Shopping, ojala, sería la felicidad para muchas personas, lo que quise decir es que la Eternidad es la “real”, la “esencial” naturaleza del Tiempo “en sí”; la Eternidad sólo se manifiesta como “tiempos” para el hombre, por eso el hombre no debe pretender que su tiempo sea El Tiempo, porque éste le es totalmente inabarcable, inaprensible. Obvio que para el hombre no hay eternidad en un Shopping, obvio que hay “tiempos” en un Shopping. Esta es una crítica a la idea de que la eternidad no esta a nuestro alrededor sino en un mas allá. La Eternidad no es el tiempo infinito en cuanto a largo, sino que es el tiempo infinito en cuanto a imperceptible, tan imperceptible, que desde la perspectiva humana, sería menos que el tiempo mas corto.

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  5. 3)a -
    Cuando me referí al presente, y a su incalculable duración, lo que quise decir es que el presente, en ese sentido, no tienen duración, no se lo puede medir, sólo podemos decir que está plagado de “instantes”, pero vos te diste muy bien cuenta de que los instantes tampoco pueden ser medidos, tampoco tienen duración. La cuestión es que yo traje a colación esa palabra (Instantes) porque denota una unidad de tiempo al parecer mas pequeña; con lo cual, el punto al que me dirigía era el siguiente: por mas que busquemos palabras, categorías, nombres, etc; nombrar los tiempo en los cuales el hombre se maneja no significa tener conocimiento de su duración, ni siquiera de su existencia. Nadie supo ni sabe nunca cuánto dura el presente, ni dónde está, ni cómo es.
    Vos decís: “El presente es una cantidad de tiempo fraccionada de manera subjetiva.” ¿Y qué es eso? Es igual de inocuo que la palabra instante, solo que se toma mas espacio para decir lo mismo. También decís: “Existimos concientemente en un presente.” Al contrario, la conciencia sólo puede existir como tal en el pasado, porque el presente le es ajeno. La conciencia sólo se relaciona con el presente como una receptora inconciente, para ser conciente en un presente no tendría que haber memoria, es decir, no tendría que haber ni pasado ni futuro.
    La imagen que podes tener del presente no es otra cosa que el recuerdo mas inmediato de un “instante” imperceptible, que pasó sin que vos lo notaras. Con el futuro ocurre lo mismo: el futuro no es más recuerdos prolongados hacia un “adelante” que flota en el aire. ¿Pero y el pasado? Tampoco estoy seguro de que alguien haya sabido o sepa hoy cuánto dura, sólo podemos decir que tenemos fragmentos de “instantes” (un nombre abstracto que no dice nada en realidad, pero eso es lo paradójico) agrupados bajo el nombre de “recuerdos” a los cuales les llamamos “Pasado”. Eso de las coordenadas espaciotemporales que te condicionan no me dice mucho más acerca del pasado, me dice que el pasado te condiciona; está perfecto, así es, el pasado nos condiciona, pero ¿cuál es su naturaleza?, ¿qué es el Pasado?
    Quiero que quede claro que yo estoy intentando reflexionar en un marco puramente filosófico, metafísico. Vos estas hablando desde la perspectiva humana convencional, no estas pensando desde la naturaleza del tiempo. Tenés que hacer un salto, tenés que mirar mas allá de lo obvio.
    Entonces, cómo podemos hablar del tiempo cuando, si nos ponemos a reflexionar sobre él, encontramos que no estamos seguros de nada, ni de cuánto dura, ni de dónde está, etc. El hombre vive prolongado en estos tres tiempos, pero no sabe si esos tiempos existen, y siendo insistentes en nuestras reflexiones, llegamos a la conclusión de que el hombre vive su vida no en su “presente”, sino en un Pasado del que no tiene nada mas que imágenes de diversa naturaleza.

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  6. 3) b-
    A lo que me refería, a pesar de todo esto dicho, es que el presente es la clave para entender el que hemos llamado aquí tiempo humano. El presente es inaprensible porque ingresa a vos todo el universo a través de la percepción, y cuando digo todo el universo me refiero implícitamente al Tiempo también. ¿Habría Tiempo de no haber Espacio? ¿Qué es el Universo sino el compuesto de Tiempo y Espacio?
    Te doy un ejemplo, ¿nunca te paso de ver algo, lo que sea, y al rato verlo de nuevo y darte cuenta de que ahora ves algo de aquél algo que antes no veías, pero que ahora no podes dejar de ver claramente? Imaginate todas las cosas que oís, que ves, que tocas, que oles, y que no estas enterada que tu percepción las tomó. Todo el Universo, todos los tiempos, todo el Tiempo-Espacio ingresa a vos a través de tus sentidos en un solo instante, mas allá de que no sepamos cuánto dura; no hay un pasado, no hay un futuro, ambos sólo existen en la mente humana, allí están, en nuestra mente como imágenes prolongadas de un presente que se nos escabulle.
    Ahora bien, si todo el universo ingresa a vos en un solo instante, te preguntarás: ¿como es posible que no lo podamos notar? De ser así, de poder notarlo, viviríamos estancados en un presente eterno. ¿Cómo es esto? Vivir en un presente eterno sería “recordar” cada detalle de cada cosa que percibís con todos tus sentidos, por ejemplo, si viste recién esta pantalla, y quisieras recordarla, verías cada una de las letras, comas, puntos, pixeles, etc, y tardarías el mismo tiempo que tardaste en leerla pero en recordarla, tal cosa te sacaría del tiempo, vivirías en otro, mucho mas largo. Empero, eso no es recordar, porque el pasado sintetiza, desfigura lo que ingresa, el pasado es mas pequeño que el presente. De ser así, de poder notar la infinitud, la eternidad tanto material como temporal y formal que ingresa a nosotros, no recordarías, sino que vivirías en un presente siempre y eternamente, no podrías distinguir entre pasado, presente y futuro. Nuestra mente es capaz de quedarse con un conjunto infinito más pequeño que el conjunto infinito que ingresa y que por defecto le es inabarcable.
    Esta es una crítica a tu concepción del Pasado como algo que parece ser determinado, cuando en realidad no lo es, es lo único que el hombre tiene en cuanto al tiempo, es su única medida, pero el tiempo lo desborda y supera. También es una explicación de mi concepción del Pasado y del Tiempo, desde la cual hago la crítica.

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  7. 4) Sea lo que sea la muerte, no saben los hombres qué ni cómo es, y en consecuencia no saben qué ocurre después, esto significa que no saben si hay tiempo después de la muerte, si hay tiempo después del tiempo-humano. Porqué graficar lo que sucede después de la muerte como “quietud y silencio”, o porqué creer que no ocurre nada, o por qué preocuparse. Creer en la reencarnación, o en la inmortalidad que brinda el perdón, o en lo que le ocurre al “alma” después de morir el individuo, es formular estrategias, formular guías, para vivir en éste tiempo, y no en aquél del que no sabemos nada. Como vos decís: “ningún vivo puede saber sobre muertos”.
    Es cierto, al morir, la historia de esa alma que ha muerto no se vuelve a repetir. ¿Pero qué hacemos al respecto? ¿Vivir para amar la vida, con todo lo que eso implica? Sí, pero eso deberíamos hacerlo sin echarle la culpa a la muerte. Hay que vivir, y en definitiva, eso uno no lo elige, porque a vos no te consultaron si querías vivir o no, a vos te obligaron a vivir. Vivamos entonces, disfrutemos de la vida, pero sin tirar la pelota afuera. La vida es un impulso que no depende de nosotros. El problema es que el hombre insiste en encontrarle un sentido, pero se olvida de que esta forzando a la vida para que le brinde un sentido a su medida. La vida no tiene sentido, y eso no quiere decir que no valga nada, quiere decir que no tiene dirección ni propósito humanos, sino dirección y propósito natural, originario, universal.
    Esta es una crítica a tu concepción de la muerte y de la vida. Una no es responsable de la otra y el hombre no es responsable de ninguna.

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  8. 5) En un momento decís: “Además el sujeto elige.” ¿?
    Qué es “sujeto”? ¿Qué es “elige”? ¿Y porqué “además”?
    Si con “además” querés decir que el sujeto elige todo, por ejemplo, cómo vivir su vida, yo no estaría tan tranquilo con eso; el sujeto (no sé lo que es eso) no elige vivir, elige porque ya se encuentra obligado a hacerlo. Al sujeto lo arrojan a la elección.
    Por otra parte, en lo personal, no creo en el sujeto, no creo que seamos sujetos. Ser sujeto es ser sujeto del gran sujeto. ¿Qué quise decir con esto en mi comentario?
    “Sujeto” es una palabra que los medievales derivaron de la palabra “sustancia”, y ellos le dieron a la palabra “sustancia” una fuerte connotación sustantiva, concreta. Con sustancia ellos querías referirse a las cosas, a los objetos, a los sujetos de toda predicación. Por tanto, ser sujetos es nombrarnos de una manera cósica, hasta peyorativa, es querer hacernos un objeto de una sustancia humana que no nos corresponde, porque esa sustancia humana (ahora en sentido de esencia), ese sujeto humano trascendental, fue hecha y es sostenida hoy para hacer del hombre un animal humanizado, un humano demasiado humano. Cosa tétrica e hipócrita.
    Pero veo que usas la palabra sujeto sin darte cuenta de lo que significa realmente, a mi me pasaba, y cuando descubrí todo esto, casi me da un ataque. Es feo, pero es lo real. Nos meten la palabra sujeto por todos lados, porque nos quieren hacer cosas. No lo voy a permitir, pueda o no pueda demostrarlo con argumentos, y voy a hacer todo lo posible por cambiar esa idea en la gente que considero valiosa, como por ejemplo, vos Juli.
    Pero también decís que el sujeto no es nada, eso es muy importante, me hizo sentir muy bien, muy contento. Me hizo ver que no te encadenaron las tipificaciones. Y de ello pudiste derivar que en su mismo seno, esta la muerte y la vida, esta la tensión, la contradicción. (Aplausos cariñosos para ti, sonrisas para mí)

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  9. 6) La nada… qué tema… no tengo ganas de hablar sobre ella hoy… pero no olvido mi promesa, voy a mandarte un tratadito sobre la nada (está en el horno), también te voy a recomendar alguna que otra lectura. No obstante, si queres saber qué pienso, leete alguno de mis textos… en principio, y para entender qué entiendo por nada y por sujeto, lee “Vislumbrando la locura”…
    Te cuento que lo esta escrito en ese texto me pasó a mi realmente, y de la nada, caminando por la calle… fue terrible, nada agradable… Ese texto, esa poesía, es para mí el “sujeto” dándose cuenta de su nada.

    7) Por ultimo, vos te preguntas en el texto, ¿qué es la vida? Bueno, para mi la vida es una fuerza, una pulsión, una pulsión originaria e inevitable. Nosotros, los hombres, creemos que la vida es una nada. Sí, lo es, pero porque nuestra especial forma de ser es una pura nada, y esa sensación de nada se manifiesta en la Angustia, o en las Treguas como les llamo yo a los estados en que algo caduca por sí mismo, puede ser la soledad, la seguridad, la tristeza, la felicidad; con lo cual, yo pienso que la Vida del Hombre, como pulsión inevitable, es percibida como una Tregua que nos obliga a tomar el Ser.
    Esto sé que es muy oscuro, ya habrá tiempo para aclararlo, mientras tanto podes pensar qué puede significar.
    Por otro lado, me atrevo a decir que la vida del hombre sí es un instante, y por eso es tan inocua, por eso es tan difícil, porque los instantes son imperceptibles. Cuando uno se da cuenta, la vida ya se le paso por delante de los ojos.

    8) Veo que crees fervientemente en las relaciones humanas. No lo veo mal, sólo que lo veo paradójico. Si con “nos necesitamos a nosotros” querés decir que los hombres necesitan de otros hombres, yo te digo que tenés razón, pero los hombres no se necesitan más que para dominarse. Es cruel, pero es real, y la historia es un buen ejemplo. Soy un escéptico de los Hombres, no creo en ellos, creo en las personas, no en los hombres, porque los Hombres son modelos tautológicos que tipifican a las personas para volverlas cosas, no para respetar sus subjetividades, no para ser personas.

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  10. Ya que publiqué en total, y sin contar éste, nueve comentarios, me dije porqué no llegar al décimo... me gusta el 10.
    Lamento haberte roto la paciencia con mis exageradas respuestas, pero fueron hechas con todo el cariño, con toda la sinceridad, y con todo el respeto que te tengo. Espero que no te aburras (tanto) y tambien que mis palabras te sirvan de algo...

    Brindo porque esta conversación no se termine, Salud...

    Abrazo grande...

    PD: Cualquier cosa que necesites sobre ese cambio de carrera que andas pensando, no dude en contar conmigo...

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  11. Nunca nadie, con tanta crueldad y conciencia de lo real -y menos desde un blog- se las ingenió (tal vez no era esa la idea) para destruir los pertrechos que vienen durmiendo en el viaje de vuelta, dentro de un bolso llevado a unas vacaciones donde, las más de las veces, el objeto no pasa por las vivencias propias y la experiencia acumulada sino por asegurarse que los demás se hayan enterado de que estuvimos en determinado lugar. Cuantas ganas me asaltaron de tirar por la ventanilla todas las cosas que traía pensando en gente con la que no debería quedar mal...; y si esas cosas llegaron a destino (llámese alfajores derretidos y otros rubros...) es porque venían en la bodega y no había forma de deshacerse de ellas en medio del camino...
    Demás está decir que soy nuevo en este blog, blog que no le cae nada simpático a los operadores turísticos...
    Salud, Guantiocanos!

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